Es una marca diseñada para que la veracidad de una afirmación ambiental autodeclarada sobre un producto esté garantizada a los clientes finales por un tercero independiente. El proceso de evaluación es riguroso y cumple con la norma ISO 14021, así como con un protocolo IMQ específico aprobado por una comisión técnica independiente.
Ejemplos de declaraciones certificables son: huella de carbono, reciclable, contenido reciclado, consumo de energía reducido, desperdicio reducido, producto de vida útil prolongada, uso de recursos reducido, diseñado para desmontaje.
La necesidad de desarrollar este certificado surge de la presencia en el mercado de numerosas declaraciones medioambientales autodeclaradas no sometidas a verificación alguna. Muy a menudo se trata de un verdadero "lavado verde", que proporciona una imagen de sostenibilidad engañosa, falsa o poco clara. Por tanto, IMQ-ECO representa una garantía, para el consumidor, de la veracidad de la declaración medioambiental relativa al producto adquirido.